En Menorca, a medio camino entre Maó y Ciutadella tenemos una especial cita el turismo que visita estas tierras: Es Mercadal. Si bien es una de las localidades menorquinas que no está bañada por el mar Mediterráneo, los habitantes de Es Mercadal y también sus visitantes tienen accesible la costa a escasos kilómetros, ya el modesto tamaño de la isla hace posible viajar a playas y puertos fácilmente.
Cuenta la historia que allá por el año 1.301, Jaime II rey de Mallorca concedió a esta pequeña aldea el privilegio de celebrar mercado, que por entonces solo Mahón y Ciudadelatenían. A este hecho histórico debe su nombre Es Mercadal que, escrito en latín “ipso mercatale” o “mercatum”, anunciaba ya entonces a sus visitantes las bondades de una próspera actividad comercial.
Esta pintoresca villa es un armonioso conjunto de pequeñas edificaciones del estilo tradicional en estas islas, cuidadosamente pintadas de blanco que hacen que el azul cielo de esta isla luzca aún más si cabe y enamore a todo aquel que visita Es Mercadal.
Haciendo turismo por sus calles, con la secreta intención de perdernos, encontramos una edificación de gran importancia para el pueblo: el Aljibe (l’Aljub en menorquín), una robusta construcción que almacena el agua de lluvia, ubicada en medio de la sugerente colección de casas blancas. Realizada por tropas inglesas durante la dominación de Menorca, a lo largo del siglo XVIII, significó un gran avance para Es Mercadal, ya que disponer de agua de lluvia para sus habitantes redundó en mejor calidad de vida y en progreso.
Avanzando en nuestra agradable visita por Es Mercadal llama, sin duda, la atención Monte Toro, una pequeña montaña de unos 357 metros de altura, que ofrece su valle a la aldea y es precisamente en su cima donde se sitúa el Santuario espiritual Nuestra Señora de Monte Toro, lugar de culto, no solo para Es Mercadal, sino para toda la isla de Menorca y para gran parte del turismo que recibe esta encantadora isla.
Esta Iglesia tiene un recogido estilo gótico y fue construida hacia 1670 integrando un pequeño templo ubicado allí desde el siglo XIII. Es el referente espiritual de la isla de Menorca y también es un lugar que goza de gran popularidad; allí se congregan en numerosas ocasiones los habitantes de Es Mercadal y del resto de gentes de Menorca para rendir culto a la “Mare de Déu del Toro”. El Santuario de esta Virgen negra es visitado durante todo el año por el turismo, que no quiere perderse las espectaculares vistas que ofrece la singular ubicación. No en vano es el punto más alto de toda la isla
Llegando de nuevo al centro de Es Mercadal, nos dirigimos al restaurante que nos recomiendan los lugareños, por la cuidada elaboración de platos típicos menorquines. Toda guía de turismo que se precie, remarca la importancia de la gastronomía local.
Nos decidimos por la tradicional “Caldereta de Llagosta” menorquina, elaborada con una receta antigua, que atesora Ca N’Aguedet. De postre, el sugerente “Menjar Blanc” cocinado a fuego bien dulce con leche, azúcar y canela. En esta combinación no podía faltar un buen vino de Menorca, así que debidamente aconsejados por los profesionales de Ca N’Aguedet, hemos regado esta deliciosa ingesta con un caldo bajo la denominación “Vi de la Terra Illa de Menorca” de la mano de Bodegas Menorquinas.
Es Mercadal, cielo turquesa, aroma de mar, buen comer y gente hospitalaria. Un verdadero remanso de paz…¿Te lo vas a perder?