Excursión por el Sur de Ciutadella
La zona Sur de Ciutadella es la de playas más destacadas y preferidas por los turistas por su pequeño y familiar tamaño. Así, de las más conocidas, encontramos Cala Macarella y Cala en Turqueta, que han sido objeto de campañas populares por su protección como zona natural. Son playas recogidas, protegidas del viento y tormentas, con un pequeño torrente al fondo y un charco de agua salada donde habitan tortugas.
Llegamos a ellas tomando la carretera de Ciutadella hacia el oratorio de Sant Joan de Missa (pequeña Iglesia rural del siglo XIV, a unos 4 kilómetros de la ciudad, de gran importancia y protagonismo durante las fiestas). Frente a este oratorio, la carretera se bifurca, una hacia Cala Macarella (con cuevas prehistóricas en sus acantilados, y con permiso de acampada entre sus pinares) y la otra hacia Cala en Turqueta.
También encontraremos otras calas dignas de ser mencionadas como Cala en Bosch, Cala Blanca, Santandria, Son Saura (la considerada como mejor y más recomendable, y por la que, para llegar, debemos visitar un poblado prehistórico, Son Catlar, con sala hipóstila, muros de defensa, taula incompleta, talaiots y restos de torres romanas)…
Finalizando el recorrido, es singular el hecho de que las casas de Son Saura o Torre Saura, están construidas junto a una bella torre medieval, de planta cuadrada.
Mahón – St Climent – C. Porter – Cales Coves
Desde Mahón, por la Calle Vassallo (que sale de la Plaça de s’Esplanada) hacia el oeste, se llega al Aeropuerto de Menorca, y al pueblo de Sant Climent, donde podemos contemplar el talaiot de Torelló, y los talaiots de Cúrnia. También cerca de Torelló encontramos los restos de otra basílica paleocristiana, que conserva un mosaico del siglo VI. Desde este pueblo de pequeñas calles rectilíneas en torno a una Iglesia del siglo XVII, completamente reformada a principios del siglo XX, llegamos a Cala Canutells, un núcleo urbanizado en torno a la playa. Para llegar a ésta es obligado el paso por el Caserío de Formet, de característica arquitectura menorquina del siglo XIX, con detalles franceses.
A unos 10 kilómetros desde este pueblo, llegamos a Cala en Porter, urbanización con playa en la que se encuentra la Cova d’en Xoroi, habitada desde tiempos prehistóricos, y que ha sido adaptada como bar y sala de fiestas, con un mirador sobre la costa.
También destaca el conjunto de Cales Coves, con más de 150 cuevas de enterramiento de la edad del hierro, a las que es muy difícil acceder, ya que se sitúan al borde de un barranco. Entre estas cuevas las hay de capacidad habitable (con casi 2 metros de alto, y entre 5 y 10 metros de ancho y largo, y columnas a modo de separación de habitaciones), de dimensiones muy pequeñas que servían de refugio a lo largo de la historia para los primitivos pobladores, para los romanos, para los campesinos cristianos, e incluso hoy en día para hippies o aventureros que las utilizan como provisionales residencias de verano.
Mahón – Trepucó – Sant Lluis – Binibeca
En primer lugar podemos visitar el Santuario de la Mare de Déu de Gràcia (patrona de la ciudad, honrada con festejos populares, jaleos y caragols a principios de Septiembre), siguiendo desde la Plaça de S’Esplanada, por la calle Doctor Orfila y en la primera calle a la derecha, el carrer des Cos de Gràcia, que desemboca en el Camí de Gràcia. Al final de este camino encontramos el cementerio del siglo XIX, y adosado a éste, el Santuario. Esta ermita fue reconstruida entre 1697 y 1705, ya que la original había sido destruida por los piratas de Barbarroja.
A unos 500 metros siguiendo el Camí de Gràcia, encontramos los restos del poblado de Trepucó, con talaiot, taula y vivendas prehistóricas.
Desde este poblado es fácil acceder al pueblo de Sant Lluís, fundado por los franceses durante su dominio entre 1756-1763. En este pueblo encontramos un trazado muy regular, con calles rectilíneas, su centro organizativo en la Iglesia (1783), de fachada neoclásica y donde destaca el escudo del rey de Francia. Sant Lluís es municipio independiente de Mahón desde principios del siglo XX.
El hipódromo provincial de Mahón está en la carretera de Maó a Sant Lluís, pasando por el antiguo Aeropuerto de Menorca (construido durante la Guerra Civil y que hoy en día es una base de aviación deportiva donde hay varias competiciones anuales).
Desde Sant Lluís, siguiendo las distintas carreteras radiales, podemos realizar una pequeña excursión dentro del recorrido. Partimos de Punta Prima (urbanización moderna con playa, donde encontramos la torre de defensa de Son Gauxo, del siglo XVIII, convertida hoy en refugio juvenil), hacia el Oeste, con la Illa de l’Aire a la derecha, rumbo a la torre de Alcaufar, pasando por los restos de unas salinas construidas sin que llegaran a ser usadas. Al llegar a la torre, estamos en la mitad del trayecto, donde hay una playita, la del Caló Roig. El paisaje cambia, ya no es árido, y da paso al barranco de Alcaufar, donde podemos visitar también su cala y urbanización (grandes centros turísticos). Después de cruzarla, llegaremos a una vía que conduce a la urbanización de S’Algar. Quien quiera, podrá continuar hacia la Cala, junto a la Punta Rafalet, también con un barranco.
Desde Punta Prima se pueden contratar excursiones marítimas a la Illa de l’Aire, en frente, ideal para el submarinismo.
A unos 6 kilómetros de Sant Lluís podemos visitar también Torret, otro pueblecito de pescadores con otra torre de vigilancia también del siglo XVIII. También las urbanizaciones de Binibeca, Binisafúller o Biniparratx.
Desde Trepucó hacia el este (o retrocediendo desde Sant Lluís) llegamos a la Punta de Sant Carles, y a Es Castell o Villacarlos, donde podemos visitar el fuerte de Sant Felip, y el Museo Militar, además de una serie de urbanizaciones y barrios a su alrededor.
En la zona del Paseo Marítimo de Villacarlos, como Calesfons o Cala Corb, hay bares y restaurantes para turistas, en las antiguas cuevas de pescadores. Desde ahí, podemos realizar excursiones hacia las Illes d’en Colom y de l’Aire, recorrer el puerto de Mahón, o ir hacia Cala Galdana.
Excursión Norte y Noroeste
Partiríamos de la carretera desde la Avenida del Doctor Guàrdia, casi en el interior del puerto de Mahón, hacia Fornells. Una vez crucemos el torrente del Gora, a un kilómetro de una ancha curva nos desviamos a la derecha dirección a la Albufera des Grau. Es la zona húmeda más importante de la isla y un refugio de aves acuáticas de las Baleares (recordemos que es una reserva natural). La albufera es una amplia laguna de aguas remansadas y poco profundas, rodeada por suaves colinas con pequeños cultivos. Es interesante rodear la laguna a pie (no se permite la entrada al tráfico), y distinguir todas las especies de aves presentes.
Una vez terminado el paseo, podemos dirigirnos al puerto de Es Grau, a un kilómetro, donde hay una playa de arena donde encontramos todo tipo de servicios (restaurantes, bares, supermercado…) y un pequeño puerto de pescadores.
También se puede llegar al puerto a través del pinar al este de la Albufera, aunque podemos encontrarlo con barro o agua que impide el paso, y hay que ir con mucho cuidado con las abundantes garrapatas.
Desde el puerto, o bien en barcas turísticas, o bien en barcas de pescadores voluntarios (por un módico precio), podemos visitar la Illa d’en Colom, a medio kilómetro de la playa, isla en la que encontramos una especie única de lagartija protegida por la ley, y vegetales endémicos. También encontramos restos de otra basílica paleocristiana, aún en estudio.
Antes de llegar a Es Grau, siguiendo la carretera de Maó a Fornells, a unos 7 kilómetros de la capital, podemos desviarnos a la derecha, en una carretera en mal estado, aunque asfaltada, que conduce hasta Capifort, o Cap de Favàritx, un mirador sobre la costa norte de la isla.
De nuevo en la carretera Maó-Fornells, a unos 6 kilómetros más en la misma dirección, veremos un nuevo desvío a la derecha que lleva hacia las playas de Na Macaret (donde desembarcaron los ingleses en la tercera y última ocupación de la isla) y el Arenal den Castell. Este desvío termina en la estrecha Bahía de Addaia, donde hay un club náutico y núcleos urbanísticos, que sirven de frontera entre Mahón y El Mercadal.
Finalmente llegamos a Fornells, donde es típica la caldereta de langosta y que podemos degustar en casi todos sus restaurantes del puerto. Este pueblo, que fue de pescadores, es ahora uno de los centros turísticos más visitados de toda Baleares.
Al parecer, el origen de este pueblo fue la construcción de un castillo de defensa, el Castell de Sant Antoni, para evitar los ataques berberiscos de 1625, siendo demolido en 1782. Aunque a modo defensivo, sí se conserva la torre de vigilancia del siglo XVIII, en el Cabo de Fornells, desde donde se divisa el Cap de Cavalleria.
Desde el interior de la bahía de Fornells, podemos ver las islas Illa Gran o de ses Sargantanes, Illa Petita o des Porros (donde se crían gaviotas), y la Illa des Revells.
Al fondo de la bahía, en unas lagunas desecadas, salinas abandonadas, se encuentra la basílica paleocristiana des Cap des Port de Fornells. Al parecer, junto a esta basílica había un poblado, suponiéndose que se trataba de la tercera ciudad fenicia de Sa Nitja. Para llegar a este poblado hay que volver a la carretera Fornells-Mahón, y desviarse hacia Es Mercadal. Este camino desemboca en el Cap de Cavalleria que ofrece una espectacular vista del acantilado, desde donde podemos acceder también en excursiones a playas como la Cala de Tirant y la playa Binimel•là. Si continuamos a pie desde esta última playa llegaremos a Cala Pregonda, playa caracterizada por las rocas a modo de islote que parecen cerrarla al mar.